El FC Barcelona se coronó campeón de la Copa del Rey 2025 tras vencer al Real Madrid 3-2 en una final disputada el 26 de abril en el Estadio de La Cartuja de Sevilla. El clásico español se convirtió en una batalla memorable que mantuvo a los fanáticos de ambos equipos al borde de sus asientos. Aunque el Real Madrid mostró una gran capacidad de reacción al remontar el marcador, el Barça logró superar a su rival en un tiempo extra cargado de emociones. Esta victoria no solo significó el 32º título de Copa del Rey para los blaugranas, sino que además reafirmó el dominio de este equipo en competiciones nacionales, dejando claro que el club sigue siendo un gigante en el fútbol español.
El Barcelona tomó la iniciativa desde el comienzo del partido y logró adelantarse pronto en el marcador gracias a una combinación entre Gavi y Pedri, que culminó con un gol del canario tras una gran asistencia en profundidad. La respuesta del Real Madrid no se hizo esperar, y tras una jugada individual de Mbappé, el conjunto blanco igualó el marcador, aprovechando un descuido defensivo del Barça. El impulso madridista continuó, y antes del descanso, Tchouaméni logró poner en ventaja a su equipo con un remate certero tras un centro desde la banda. Cuando parecía que los blancos se llevarían la victoria, Ferran Torres apareció para marcar el empate tras un balón desviado por la defensa. Ya en la prórroga, el Barça mostró más energía y ambición, y fue Jules Koundé quien, tras incorporarse al ataque por la banda, sentenció el encuentro con un cabezazo que selló una victoria sufrida pero merecida para los azulgranas.
Incidentes polémicos y sanciones
El encuentro, sin embargo, estuvo marcado por varias decisiones arbitrales controvertidas. Una de las jugadas más discutidas ocurrió cuando Kylian Mbappé fue derribado en la prórroga en una acción que muchos consideraron como penalti, pero que el árbitro no sancionó. La situación se intensificó cuando Antonio Rüdiger, defensor del Real Madrid, lanzó un cubito de hielo al árbitro Ricardo de Burgos Bengoetxea, quien, tras revisar la jugada, decidió sancionar al jugador con una tarjeta roja y una suspensión de seis partidos. Este incidente dejó una mancha en lo que, de otro modo, hubiera sido una final ejemplar de fútbol.
La tensión no terminó ahí, ya que en los últimos minutos del partido, Lucas Vázquez y Jude Bellingham fueron expulsados por protestar de forma desmedida ante las decisiones arbitrales. Ambos jugadores mostraron un comportamiento agresivo, lo que culminó en su expulsión por conducta antideportiva. Tras el partido, Rüdiger se disculpó públicamente por su actitud y expresó su arrepentimiento, reconociendo que el comportamiento no era el adecuado en una final tan importante. Por su parte, el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, también abordó las decisiones arbitrales en rueda de prensa, pero evitó criticar directamente al colegiado, aunque reconoció que sus jugadores habían dejado escapar el control del juego en varios momentos.
El impacto y las repercusiones del título
La victoria del FC Barcelona en la Copa del Rey no solo tuvo un gran impacto deportivo, sino también en el ámbito mediático y social. La final fue seguida por millones de aficionados en todo el mundo, alcanzando una audiencia global de aproximadamente 450 millones de espectadores, lo que consolidó aún más la popularidad de la Copa del Rey como una de las competiciones más atractivas del fútbol europeo. El partido se transmitió en más de 180 países, con miles de personas congregándose en los bares y plazas para ver el clásico en vivo.
Este título llega en un momento crucial para el Barcelona, que ha mostrado una clara mejora en su rendimiento bajo la dirección de Hansi Flick. La victoria en la Copa del Rey también les da un impulso moral para enfrentar el tramo final de la temporada en la Liga y la Champions League, donde buscarán recuperar el protagonismo internacional. Por otro lado, el Real Madrid, que llegaba como uno de los favoritos, deberá reflexionar sobre sus errores y hacer ajustes para encarar los próximos desafíos.